Casi un millar de sucursales y oficinas de cajas de ahorros y bancos (976 en total) han cerrado en la Comunidad de Madrid en los últimos cinco años según un informe realizado por FeS-UGT. Muchas de ellas eran las únicas existentes en municipios pequeños de la región como Navalafuente, Pozuelo del Rey ,Valdeavero o Villanueva de Perales, con lo que sus habitantes se han quedado en la más absoluta exclusión financiera. En total son 225.000 personas en toda España las que se encuentran en esta situación. Una consecuencia más de la llamada «bancarización» de las Cajas de Ahorros.
La exclusión financiera implica, por ejemplo, que para que un ciudadano pueda acceder a las prestaciones sociales (una pensión, el desempleo, una beca, etc.) requiere una cuenta bancaria donde se abone dicha prestación. También los ingresos (nóminas) y gastos privados (recibos de electricidad, gas, agua, telefonía, etc.) precisan una cuenta bancaria.
El acceso a los servicios de transacción se ha convertido en fundamental en las sociedades actuales: la gente sin cuenta bancaria se considera «no bancarizada», mientras que la que tiene poco o ningún uso de los servicios a los que podría acceder se describe como «marginalmente bancarizada».
De igual manera no poder acceder a las principales líneas de crédito para comprar una vivienda, un coche, financiar los estudios, etc. puede llegar a generar graves dificultades, impulsando a los ciudadanos a acudir a intermediarios privados o prestamistas informales que cobran más y con condiciones menos favorables.