El futuro de Telemadrid (el de sus trabajadores y el de sus responsables) está en manos de los jueces. El Tribunal Supremo tiene que decidir en los próximos meses sobre los recursos interpuestos por los sindicatos y la dirección a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que declaró no ajustado a derecho el brutal ERE aplicado por Telemadrid que supuso el injusto despido de 861 buenos profesionales. Nosotros desde luego confiamos y deseamos que el Supremo sepa anular una barbaridad de este calibre.

Antes, quizás en unas semanas, llegará la sentencia definitiva también del Tribunal Supremo sobre la reclamación sindical del abono del 5% del salario que se bajó a los trabajadores de Telemadrid en el verano del 2010 (el TSJM ya decidió que se debía devolver ese dinero a los empleados de Onda Madrid y Telemadrid pero no a los del Ente ).

Otro dinero recortado a los trabajadores de esta casa, el de la paga extra de 2012, está también reclamado en los juzgados de lo social ( aunque de momento su tramitación está paralizada por un recurso presentado en el Constitucional por la Comunidad Foral de Navarra por este mismo tema).

En esos mismos  juzgados están ya tramitándose los conflictos colectivos interpuestos por la representación de los trabajadores por el aumento de media hora en la jornada laboral , por la supresión de la entidad colaboradora y la pérdida de tres asuntos propios y del seguro de vida.

Además los jueces también deben decidir sobre el conflicto colectivo planteado por UGT y CGT contra la supresión unilateral por la Dirección de la ultraactividad del Convenio, mandando al Estatuto de los Trabajadores a los supervivientes del ERE.

Pero si estos asuntos son muy serios y muy importantes para los trabajadores no es menor lo que se está jugando ahora mismo el Director General de Telemadrid, Jose Antonio Sánchez, en el juzgado número 3 de Pozuelo de Pozuelo de Alarcón. Nada menos que su imputación en una querella interpuesta por CCOO por delitos contra los derechos de los trabajadores, prevaricación, tráfico de influencias, malversación de fondos públicos y un delito societario. Toda a raíz de la adjudicación a una filial de Telefónica, realizada «a dedo» según los sindicatos, para la realización y producción de la señal de la cadena inmediatamente después de la ejecución en masa de los despidos del ERE. Se da la circunstancia que Sánchez es directivo en excedencia de Telefónica.

Y no nos olvidamos del máximo responsable del desaguisado de Telemadrid. El presidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, que estos días no le quita ojo al juzgado de Estepona que estudia el informe presentado por la Fiscalía y que apuntaría a que el lujoso ático que posee en esa localidad podría haber sido, presuntamente, un regalo del presidente del Atlético de Madrid Enrique Cerezo. Un viejo conocido de Telemadrid donde ha hecho tantos y tan buenos negocios.

La Parabólica nº 258