Telemadrid y la ERT : Los conservadores griegos no juegan al golf

Parece mentira que los griegos, padres del lenguaje, no hayan aprendido el concepto de «externalización». En España es la fórmula mágica para que unos empresarios privados puedan ganar dinero en una empresa de titularidad pública deficitaria. Con los impuestos se paga la estructura imprescindible y se saca a subasta a parte de negocio que pueda ser rentable. La única contrapartida es que la línea editorial, el control de la información y la opinión, siga en las mismas manos que adjudican las concesiones.Sorprende que «Marca España» no haya organizado unos seminarios para exportar la fórmula y cobrara «royalties».

Si tuviera ganas de ponerme solemne-ganas de perder el tiempo y el humor-traería aquí un argumentario sobre la necesidad de contar con unos medios públicos de comunicación que garantizaran la cohesión social, la divulgación de los valores democráticos, la información objetiva y plural, la difusión de la cultura, el respaldo a los creadores… En fin, esa concepción tan trasnochada de lo público que nos empeñamos en defender algunos dinosaurios.

Al conocerse la decisión brutal del gobierno griego, todos los portavoces políticos españoles han saltado a la palestra para asegurarnos que algo así es impensable entre nosotros. Y tienen razón. Porque no es necesario actuar así, tan burdamente. Es menos traumático asfixiar presupuestariamente a las televisiones y radios públicas, eliminar los procesos democráticos de designación de sus responsables y despreciar a los órganos de control, mientras se construye, a base de concesión de licencias y «externalizaciones», una gigantesca red privada, monocolor en lo ideológico y clientelar en lo económico.

Si no venciera la tentación de ponerme trascendente, especularía sobre los orígenes de este mal, revisando la degradación del concepto de «servicio público», que no afecta en exclusiva a la Comunicación. Pero entrar en ese terreno me podría llevar tan lejos como a analizar quienes dieron lugar, con su flaqueza, a permitir que, cualquier día, nos descubramos víctimas de un pensamiento único en los medios de comunicación.Parece que incluso esta voz de la izquierda les molesta. No la cerrarán por decreto. Prefieren la asfixia.

Eduardo Sotillos. Portavoz del PSOE en el Consejo de Administración del EPRTVM