La llegada de Esperanza Aguirre a la Presidencia de la Comunidad de Madrid en octubre de 2003 supuso la irrupción de sus «gestores» en Radio Televisión Madrid» como elefante en cacharrería. Hasta el punto de que pocos meses después, ya en 2004, el entonces presidente del Consejo de Administración del Ente Público Radio Televisión Madrid, Álvaro Renedo (nombrado por el Partido Popular) decidió encargar una auditoria para fiscalizar la gestión de esos directivos.
En ese momento, los máximos responsables en el Ente Público eran el director general, Manuel Soriano (actual presidente del Consejo de Administración y ex jefe de prensa de la propia Esperanza Aguirre) y el subdirector general Ángel Martín Vizcaino (hombre de confianza del actual presidente madrileño Ignacio González desde hace muchos muchos años).
Una auditoria destapa ya en 2004 la pésima gestión en Telemadrid
La auditoría la realizó la consultora Alfa Solutions y su análisis destapaba la escasa capacidad organizativa y la falta de transparencia a la hora de gestionar el dinero público de los madrileños en Radio Televisión Madrid. Sus conclusiones fueron demoledoras:
«Falta de optimización económica en el presupuesto anual y ausencia de un plan a medio plazo. Escasa eficiencia en la coordinación entre las direcciones responsables de optimizar el gasto y las direcciones encargadas de suministrar los recursos. Falta en la capacidad en la gestión del gasto al acabar todo siendo urgente. No existe mentalidad de ahorro de costes. Toma de decisiones sin la transparencia adecuada. Dilución de la responsabilidad. Ejecución de presupuesto sin aprobación definitiva. Incremento innecesario de costes. Y falta de transparencia en la gestión y decisión final.»
Todo esto lo conocían Esperanza Aguirre y sus consejeros, ya que, así se lo trasladó el Presidente del Consejo de Administración, Álvaro Renedo, que no dudó en denunciar las irregularidades que en materia de contratación se estaban llevando a cabo en Telemadrid (El País 4 de enero 2013):
«la serie Capital, el concurso Metro a metro y el musical Alcalá Club) y de la campaña publicitaria para el lanzamiento de la programación de otoño. Exponía que se había vulnerado la ley de creación del ente porque tanto los tres programas como la campaña deberían haber sido aprobados por el Consejo». Gran Vía de Madrid y Abierto por la mañana. El director general firmó con la productora Fábrica Visual por 1,2 millones de euros y con La Granota Groga, por 910.000 euros».
En ese momento, la Ley de Creación del Ente Público Radio Televisión Madrid que estaba vigente (Ley 13/1984) establecía en su artículo 9 las competencias del director general y el límite económico para formalizar contratos:
Artículo 9. Corresponde al Director General:
d) actuar como órgano de contratación de «Radio Televisión Madrid» y de sus sociedades, sin perjuicio de la facultad de delegación, dando cuenta de todo ello al Consejo de Administración y con su autorización en aquellos contratos que excedan de veinticinco millones de pesetas.
Veinticinco millones de pesetas son 150.000€, es decir, la dirección de Telemadrid, con Manuel Soriano y Ángel Martín Vizcaino al frente, estaba realizando contratos sin la autorización del Consejo muy por encima del máximo permitido por Ley. Todo esto ya en su primer año al frente de Telemadrid.