10 años de lucha por el derecho a la información en Telemadrid

Hasta entonces, y desde que iniciara sus emisiones el 2 de Mayo de 1989, Telemadrid había sido sinónimo de objetividad, pluralidad y veracidad, y no de manipulación; de respeto a la libertad de expresión, y no de censura; respeto al pluralismo político, cultural religioso y social; y no de exclusión.

A través del respeto a esos valores, aún hoy vigentes en la Ley de Creación del EPRTVM, fue como Telemadrid conectó con la sociedad madrileña. Ocupó el espacio que por definición le correspondía y que ninguna otra cadena ofertaba: la información local y de proximidad. Telemadrid estaba en la calle, contando todo lo que acontecía en nuestros pueblos, en los barrios. Y estaba en la calle porque la sociedad lo demandaba. Los teléfonos de la redacción de informativos no paraban de sonar.

Para los madrileños, las cámaras de Telemadrid eran un servicio público más al que había que avisar ante cualquier hecho que pudiera ser noticiable. En muchas ocasiones los equipos de informativos llegaban antes que los servicios de emergencia porque la gente llamaba antes a la redacción. Sentían Telemadrid como suya y necesaria. Y se apoyaban en ella para denunciar ante las cámaras sus reivindicaciones no atendidas por ayuntamientos, consejerías o cualquier órgano de gobierno. Telemadrid daba voz a la sociedad.

Telemadrid jugó también un papel importante en la consolidación del concepto de comunidad autónoma en un Madrid con 179 municipios grandes, medianos y pequeños. Industriales y agrícolas. Urbanos y rurales. Buena parte de nuestros pueblos eran desconocidos para los habitantes de Madrid capital y, en los pueblos, no tenían un gran conocimiento de aquellos que se situaban fuera de su localización geográfica. Telemadrid conectó a los ribereños con los getafenses; a los pepineros con los alcalaínos; a escurialenses con pinteños…en definitiva, ayudó a crear comunidad, la de Madrid.

Nuestros informativos eran líderes de audiencia pero, además, a lo largo de la parrilla podíamos encontrar programas que también lo eran, superando en su franja horaria las ofertas de televisiones privadas nacionales. Una programación con espacio para la cultura, educación, empleo, entretenimiento, que se ocupaba de los más mayores, de los jóvenes y también de los más pequeños.

Todos los que trabajábamos en Telemadrid lo hacíamos convencidos de la necesidad de tener un servicio público de radio televisión. Convencidos de su utilidad para la sociedad. Convencidos y entregados a ese proyecto al que inevitablemente ligábamos el de nuestras vidas. Creíamos en él y por él nos formamos y preparamos, para aprobar una oposición y seguir trabajando. Y así estuvimos durante años, haciendo buena radio y televisión, hasta que la ocuparon. Los que haciamos esa televisión, ahora estamos despedidos.

Telemadrid, bastión de España

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Poco tardó Manuel Soriano en verbalizar las intenciones que traían para Radio Televisión Madrid: «será un bastión para la defensa de España» -declaró en la presentación de la nueva temporada-. De haber estado en guerra, poco podría hacer Telemadrid para defender las fronteras, a no ser que fuesen las ideológicas, pues esa era la única amenaza que veían para España: la pluralidad social, la idea contrapuesta. La única batalla que Soriano quería librar era la de las ideas. Telemadrid como bastión de la concepción de España que tenía y tiene su lideresa. Era imperativo tomar el control de la información y, para tal fin, Soriano nombró a un nuevo director de informativos.

Agustín de Grado llega a Telemadrid en enero de 2004 procedente de La Razón, donde ocupaba la subdirección de informativos. Al principio contó con la gente de la casa, tanto redactores como responsables de las diferentes secciones de informativos. Pero su criterio partidista a la hora de dar relevancia a las informaciones o abordar el enfoque de las mismas entraba en continua colisión con el criterio meramente periodístico de los responsables. Una gran presión y desgaste para los compañeros que tuvieron que pelear cada día por mantener la pluralidad y el prestigio de los telenoticias. La situación se hizo insostenible y acabaron dimitiendo la mayoría de los jefes de sección.

De Grado lo aprovechó para nombrar a nuevos jefes en todas las áreas de informativos. Afines ideológica y políticamente, conformaba un equipo con el que ya no tendría que discutir. Contratados fuera de convenio como directivos, para que sus retribuciones quedasen fuera del conocimiento del comité de empresa. Duplicó los puestos de responsabilidad: donde antes solo había un jefe, ahora coexistían jefe y responsable. Y aumentó considerablemente el organigrama de la dirección de informativos.

Una vez ocupadas las jefaturas con gente de confianza, quedaba el último paso: crear la redacción paralela. Redactores contratados, vulnerando el banco de datos, fuera de convenio. Se completaba la estructura necesaria para que desde la dirección, pasando por responsables y mandos intermedios duplicados, hasta el redactor que salía a la calle, todos tuviesen claro que es lo que había que hacer. Todos juntos formaban El Lado Oscuro. Ahora, gracias a la revista Mongolia, hemos conocido que entre ellos se otorgaban premios a la manipulación; que celebraban las victorias electorales de Esperanza Aguirre y que portaban insignias donde se podía leer «Four More Years» acompañado de la imagen de Darth Vader.

Agustín de Grado tuvo potestad para elegir libremente a todos y cada uno de ellos. No solo ejerció como director de informativos, también lo hacía como director de recursos humanos de la redacción. Tuvo capacidad para contratar, y la tuvo para despedir. Curiosamente, todos los que entraron de su mano se salvaron del ERE. La dirección de Telemadrid accedía a realizar todas y cada una de las numerosas incorporaciones que solicitaba, lo que aumentaba considerablemente la partida destinada a la masa salarial. Para equilibrar el presupuesto, la dirección general se dedicó a despedir a todos los trabajadores eventuales de la parte técnica.

Eran tiempos en los que las informaciones quedaban «ideológicamente bien», tal y como escribió Manuel Soriano sobre uno de los documentales que Telemadrid y El Mundo elaboraron conjuntamente sobre los atentados del 11M.

Telemadrid pasó a ser el soporte audiovisual de El Mundo, ABC y sobre todo de La Razón. Pasó de ser la voz de la sociedad a ser altavoz del gobierno Aguirre y sus Consejeros. Ora una inauguración ora la colocación de una primera piedra, esas eran las nuevas prioridades informativas en la Comunidad de Madrid. La información nacional se convirtió en el eje de los informativos, marcada por una clara oposición al gobierno de Zapatero.

Los teléfonos dejaron de sonar en la redacción, no solo porque ya no acudíamos cuando nos llamaban los ciudadanos, sino porque utilizaron Telemadrid como ariete contra partidos de la oposición, sindicatos, empleados públicos en general, ya fuesen médicos, maestros, forestales, bomberos…. Greenpeace, Pilar Manjón, el doctor Montes, Garzón, colectivos sociales o asociaciones discrepantes, 15M, las mareas, movilizaciones y huelgas…….todos han sido «convenientemente tratados» por los informativos de Agustín de Grado y su redacción paralela. Así, un servicio público que era de todos, quedó para uso y disfrute de unos pocos. Nunca antes la gente había declinado hacer declaraciones a Telemadrid, pero los miembros de «el lado oscuro» consiguieron que el micrófono con la estrella de Telemadrid fuese rechazado en la calle. Frente a la indiferencia de los que consiguieron semejante aberración, la indignación de los profesionales que hicimos otra televisión pública.

Pero todo fue denunciado entonces  y se sigue ahora denunciado.

Consejo de Redacción

Los primeros en denunciar la manipulación fueron periodistas, como no podía ser de otra forma pues esa práctica es incompatible para todo aquel que se precie de serlo. Denunciaron y lucharon contra la manipulación desde dentro de la redacción, rodeados de gente que no se muestra timorata al llegar a un nuevo puesto de trabajo, pues actúan con la suficiencia que les da saber que lo ocupan por ser ex jefes de prensa de ministros o alcaldes del PP, hijas o hermanos de diputados del PP u otro tipo de allegados.

En Marzo de 2004 el ochenta por ciento de la redacción se negó a firmar las noticias, y esto para un periodista supone la muerte profesional. Exigieron por escrito a la dirección la creación del Consejo Profesional. La mayor parte de los que firmaron ese documento dejaron su suerte echada.

Ante las negativas de la dirección a negociar un Consejo Profesional, esos periodistas constituyeron un Consejo provisional. Elaboraron informes semanales en los que detallaban las prácticas manipuladoras de la redacción paralela. Si ahora sabemos lo que ocurrió en aquellos primeros momentos, es gracias a ellos. Defendieron el derecho a recibir información plural y veraz, y lo hicieron por todos, arriesgando su carrera profesional. Fueron expulsados de la redacción, enviados a programas o destinos donde en algunos casos, sus funciones nada o poco tenían que ver con elaborar información. Cuestionar o poner en duda la lucha que durante años estos compañeros han ejercido solo se puede hacer desde posiciones interesadas o desde el deconocimiento, pues su actitud ante la manipulación está fuera de toda duda y acreditada. Nuestro reconocimiento y gratitud no solo como compañeros, sino como ciudadanos.

Salvemos Telemadrid

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Fueron los primeros y ejercieron un efecto movilizador sobre el resto. Cámaras, operadores de sonido, grafistas, realizadores, productores, montadores, regidores…..la manipulación en una televisión inevitablemente afectaba a todas las categorías que intervienen en la elaboración de los servicios informativos. Agustín de Grado, como muchos de los que llegaron de su mano, no tenía experiencia anterior en el medio. Pronto entendieron que no era suficiente con crear una redacción paralela para controlar la información sin que trascendieran los «cocinados» previos.

Proceso de edición de imágenes, atenuación o amplificación interesada de audios, gráficos manipulados, injerencias en el control de realización, elección en la posición de las cámaras…eran decisiones que el orden jerárquico les permitía. Pero todo fue denunciado y publicado. Un verdadero quebradero de cabeza para la dirección pues, a semejanza de lo que habían hecho en la redacción, no podían crear una parte técnica paralela, a no ser que nos despidiesen a todos en un ERE, tal y como acabaron haciendo en enero de 2013.

En marzo de 2009, los vecinos de Fuencarral recibieron a Esperanza Aguirre con gritos y abucheos («¡fuera, fuera!», «¡sanidad pública!» y «¡qué asco das!»). Por supuesto esas imágenes jamás se emitieron pero transcendió que un equipo de cámaras de Telemadrid las había grabado y fueron solicitadas por otras televisiones para emitirlas. La dirección de Telemadrid no vendió esas imágenes, que le habrían supuesto ingresos extra, porque al parecer la cinta se «perdió» en la propia redacción de informativos. Para eliminar testigos incomodos para Esperanza Aguirre, contrataron a una empresa externa el equipo de cámaras que la acompañaría siempre en todos sus actos, sustituyendo a los molestos cámaras de Telemadrid que lo grababan todo.

Los sindicatos también estuvieron desde el principio denunciando la manipulación en sus boletines informativos semanales. En ellos, además, podíamos leer sus denuncias sobre las contrataciones irregulares que se realizaban en la redacción, las adjudicaciones millonarias para la elaboración de programas a productoras externas y de tertulianos o las continuas vulneraciones del derecho de huelga. Y no se limitaron a hacerlo a título informativo, lo hicieron en los juzgados, consiguiendo sentencias importantísimas (Consejo Profesional, Servicios Mínimos o la sentencia que por primera vez condenaba por manipulación a la dirección de informativos).

Periodistas, técnicos, administrativos, informáticos, sindicatos…se unían en la plataforma Salvemos Telemadrid para luchar contra la manipulación y denunciarla para que la opinión pública tuviese claro lo que estaba pasando.

En la página www.salvemostelemadrid.es está todo. Se cumplen ahora diez años de incansable lucha. No son solo artículos; son vídeos, fotos, audios. Más de 2.000 denuncias que deberían servir para que nadie pusiese en duda la actitud de los trabajadores de Telemadrid. Pero inevitablemente hay quienes todavía piensan que solo nos movilizamos cuando Ignacio González anunció que habría un ERE en Telemadrid. Nada más lejos de la realidad. Igual que médicos y maestros se han movilizado en defensa de sanidad y educación públicas cuando las han visto amenazadas, nosotros nos movilizamos cuando vimos amenazada Radio Televisión Madrid, y eso fue hace mucho tiempo, en 2004, y no cuando anunciaron el ERE en 2012. Nuestros despidos eran la parte final de un plan: destruir el servicio público de radio televisión. Éramos testigos incómodos. Si hubiesen podido, nos habrían despedido al día siguiente de ganar las elecciones Esperanza Aguirre. Hermann Tertsch, uno de sus tertulianos mejor pagados, escribió: «el hecho de mantener una plantilla repleta de bolcheviques en una Comunidad Autónoma que vota en mayoría absoluta un proyecto liberal conservador no sólo es un absurdo. Es un peligro».

Las causas económicas que argumentaron para ejecutar el ERE simplemente fueron la excusa que les proporcionó la reforma laboral del gobierno de Rajoy para poder despedirnos.

Si no hemos conseguido trasladar a la ciudadanía toda nuestra denuncia ha sido porque el resto de medios no le ha dado importancia. Recientemente, El Gran Wyoming lo apuntaba en El Intermedio: «En Telemadrid, donde ha habido protestas constantes por parte de los trabajadores, no se ha visto una enorme solidaridad por parte de los medios de comunicación o de las asociaciones de prensa»

Solo cuando la mentira y la tergiversación alcanzaron cotas inimaginables provocando episodios escandalosos de manipulación, alguno de los grandes medios, no todos, se hizo eco.

Son 10 años de lucha desde dentro, y ahora, desde fuera. Nadie lo ha hecho por nosotros. Y lo seguimos haciendo en twitter, facebook, páginas web, seguimos trabajando para dar a conocer todo lo ocurrido en los últimos años en Telemadrid. Pero además, los trabajadores despedidos hemos creado nuevas plataformas como T-MEX, que a través de internet, nos demuestra que otra Telemadrid es posible, o la AGTPM, asociación de afectados por la gestión de la televisión pública madrileña, que presentó un escrito ante la fiscalía de Málaga que investiga el llamado «caso ático».

La respuesta de la sociedad

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Llevábamos dos años denunciando la manipulación cuando decidimos acudir al parlamento europeo. En marzo de 2006 presentamos una queja ante la Eurocámara contra una «práctica abusiva» en Telemadrid por socavar la libertad de expresión y de los ciudadanos a recibir información veraz. La Comisión de Peticiones la admitió a trámite. Un año más tarde, el 27 de marzo de 2007 la voz de los trabajadores de Telemadrid se escuchó en el parlamento europeo y denunciamos la tergiversación, censura, tendenciosidad política y omisión de la información en la televisión pública madrileña.

En mayo de ese mismo año, Esperanza Aguirre ganaba las elecciones con mayoría absoluta.

Telemadrid fue castigada por la sociedad, pero no lo fueron quienes la llevaron hasta el precipicio: sus dirigentes políticos. El populismo de Aguirre contribuyó a recibir como algo casi cómico la manipulación: ¡¡Ahí vienen los de TeleEspe !! nos decían. Los madrileños, al principio no tomaron en serio ni la manipulación ni las denuncias que hacíamos de ella. La actitud de la sociedad hacia Telemadrid fue cambiando a medida que la manipulación era más y más burda cada día, pasando de lo jocoso a la indiferencia y de la indiferencia al desprecio. Y decidieron cambiar de canal, sin más.

Se nos iba de las manos algo tan fundamental como el derecho a recibir información a través de un servicio público. Solo sobre los medios públicos los ciudadanos tenemos la potestad de exigir que se cumpla con los principios de veracidad y pluralidad, somos sus legítimos propietarios y por tanto, la responsabilidad sobre su buen uso y funcionamiento no es solo de los trabajadores, sino que recae sobre toda la sociedad.

Corresponde al conjunto de la ciudadanía impedir a quienes tienen la capacidad de gestionar nuestros servicios públicos, ya sea Telemadrid, la sanidad, educación etc que perviertan su finalidad o los privaticen. Los trabajadores podemos denunciar la manipulación y el despilfarro, pero solos no podemos recuperar el servicio público de Radio Televisión Madrid que es tan necesario. ¿Podíamos haber hecho más de lo que hicimos? ¿Podía haber hecho algo más el conjunto de la ciudadanía?

Javier Gallego de Carne Cruda escribía en su artículo «Spain is indifferent» lo siguiente:

«Somos el país que hizo poco caso a los periodistas que protestaron y los medios que no dieron voz a los compañeros de Telemadrid que denunciaron el despilfarro y el atraco político del medio que pagamos todos»

Otra Telemadrid es Posible

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Ha pasado un año del brutal ERE que ordenó el gobierno de Ignacio González. 861 profesionales despedidos por plantar cara al uso sectario de un medio público de comunicación. El TSJ de Madrid declaró «No ajustado a derecho» nuestros despidos. La sentencia fue recurrida por las partes y estamos a la espera de la decisión de la sala de lo social del Tribunal Supremo. Durante este último año, no hemos dejado de luchar. Cada jueves nos manifestamos ante la sede del gobierno regional.

Reclamamos justicia y una Telemadrid de todos y para todos, que de voz a toda la sociedad madrileña, que cumpla con los principios de programación recogidos en su ley de creación.

Sabemos que otra Telemadrid es posible porque ya la hicimos durante años. Existen proyectos de viabilidad económica elaborados por los sindicatos que permitirían realizar un buen servicio público de radio televisión desde el control presupuestario.

La sociedad está demandando su derecho a recibir información veraz, contrastada, ya no se admiten las prácticas manipuladoras de los medios, mucho menos en los públicos. Nosotros cada día nos hemos sentido más respaldados por la ciudadanía que está reconociendo nuestra lucha y siente la necesidad de recuperar aquella Telemadrid que durante años fue su referencia informativa.

El domingo 12 de enero convocamos una manifestación en Madrid. Saldremos a las 12 de la plaza de la Villa y llegaremos hasta la sede del gobierno regional en la Puerta del Sol. Queremos que los madrileños nos acompañen. Reivindica una Telemadrid donde «la estrella eres tú».

Fdo: Operador de Cámara de Telemadrid