Las Televisiones Públicas un instrumento de desarrollo

Contra la creencia extendida de que en Estados Unidos la televisión pública es inexistente, allí disponen sin embargo de dos medios de comunicación poderosísimos: la internacional VoA, que emite en 44 idiomas con una audiencia global de 125 millones de personas, y la local PBS, con 354 emisoras y 109 millones de espectadores (más que HBO, CNN o Discovery Channel). La BBC inglesa llega a 241 millones de personas; la NHK japonesa, a 130 y la alemana Deutschewelle, a 86. El canal internacional de RTVE, sin embargo, solo va dirigido a los emigrantes. Cadenas internacionales financiadas con dinero público como Al Jazeera (130 millones de espectadores), Al Arabiya (85 millones) o la CCTV china (más de 1.000 millones) se están estableciendo en Madrid para expandirse al mercado de habla hispana y captar audiencias entre los habitantes de lo que denominan «las barriadas españolas».Sin embargo, en los rankings de ciudades líderes en innovación y creación de riqueza y empleo cualificado Madrid ocupa el puesto 52, por detrás de capitales como Nairobi.

Todas estas áreas metropolitanas denominadas «ciudades creativas» comparten una alta concentración de trabajadores tecnológicos y de artistas, disfrutan de un nivel elevado de desarrollo económico con el que atraen a más profesionales creativos, empresas y capital, garantizando la prosperidad de la región a largo plazo. Estas ciudades (que sí son la locomotora de sus países) tienen al menos una característica común: disponen de «ciudades de la imagen», nodos estratégicos por donde circulan las ideas, los proyectos y la innovación. Y disponen de potentes televisiones públicas nacionales y locales que son uno de los motores principales de su desarrollo. Brasil (que es ya la sexta potencia mundial, y que lleva una década haciendo una fuerte inversión en televisión pública con la creación de TV Brasil y participando en Telesur) ha logrado colocar a dos de sus ciudades en los 10 primeros puestos del citado ranking (aparte de conseguir organizar un Mundial de fútbol y unas Olimpiadas). Y entre las 20 primeras posiciones hay cuatro capitales norteamericanas, tres chinas, dos árabes y una japonesa. Europeas, tan solo Berlín y Londres, que son ¿casualmente? las sedes de las televisiones públicas más importantes del continente. Probablemente el nuestro sea uno de los únicos países del mundo en que la televisión pública se denigra, se cuestiona y se amenaza permanentemente. Y la nuestra una ciudad que siempre corre el peligro de volver a ser un poblachón provinciano. Cosas que nos deberían dar que pensar.