El mejor garante de la independencia periodística es la estabilidad laboral. Nada mejor que conseguir en concurso público tu puesto de trabajo, sin debérselo a nadie. Por eso, Don Agustín prefiere gente de que sienta la necesidad de obedecer para conservar el empleo.

De esta forma, ha sido mucho más fácil para la dirección de informativos de Radio Televisión Madrid iniciar una campaña de desprestigio contra la educación pública, la sanidad pública, los servicios públicos y los propios empleados públicos. Machacar a los sindicatos, vilipendiar a Garzón, actores, estudiantes o médicos del Severo Ochoa. Silenciar a formaciones políticas con representación en la Asamblea de Madrid, negar el cambio climático descalificando a los ecologistas, vetar a Amnistía Internacional o la Asociación 11M Afectados del Terrorismo presidida por Pilar Manjón, promover el boicot a los productos catalanes y al idioma catalán, incluso ignorar sentencias judiciales firmes como la del 11-M para seguir alimentando la teoría de la conspiración. En definitiva, asediar al discrepante y callar al que piensa diferente. Y si es necesario, se pierde una cinta grabada por Telemadrid para que no quede constancia de que hay gente aquí que se permite el lujo de abuchear a Esperanza Aguirre.

Es la razón de Don Agustín, y la sinrazón del periodismo.