¿PERO QUIÉN ESTÁ SALIENDO DE LA CRISIS?

¿Quién puede celebrar el Día Internacional de los Trabajadores en un país cuya tasa de desempleo roza el 26%, donde la población activa se ha desplomado en medio millón de personas en el último año y cuando el 14% de los hogares tiene a todos sus miembros en el paro?

Los medios masivos llaman a la desmovilización obrera vendiendo la festividad únicamente como un puente en el que ir a las playas. Mientras tanto, la conciencia de clase se va esfumando del discurso de la izquierda frente al mantra omnipresente de la individualización y la competitividad en las relaciones laborales: si estás parado es por tu culpa, y nada tiene que ver en ello el contexto general, el desequilibrio económico, la miseria, la precariedad laboral, los salarios basura, la destrucción de las clases medias, la ofensiva neoliberal contra las políticas sociales, las reformas laborales salvajes, el darwinismo doctrinario, el pensamiento único, la política de creación de «emperdedores», la reinvención a la baja, el desmantelamiento del (poco) Estado del Bienestar del que disfrutábamos o el empobrecimiento estremecedor de los más desfavorecidos.

Las multinacionales no sólo controlan la vida del trabajador, sino que gobiernan el mundo y cambian las legislaciones a su antojo. Hoy más que nunca tiene actualidad la frase del multimillonario Warren Buffett: «Por supuesto que existe lucha de clases, y mi clase la ha ganado».