Esperanza de charanga y pandereta

de ese 2 de mayo reaccionario que nos alejó dos siglos del progreso europeo, ha sido reelegida ‘a la búlgara’ (casi con el 100% de los votos, oreja y vuelta al ruedo) al frente del PP de Madrid, partido, que, según El País (30-4-2012), fue financiado por la red Gürtel: «Al menos una parte de la facturación emitida a Fundescam es falsa. El cliente real era el Partido Popular». La Agencia Tributaria es clara al considerar las pruebas sobre la financiación ilegal del PP de Madrid. En 2010 ya lo hizo la investigación del caso Gürtel. Ahora, los inspectores de Hacienda —ya bajo el mandato del Gobierno de Rajoy— han remitido al juez de Audiencia Nacional Pablo Ruz un informe en el que denuncian la existencia de documentos que acreditan que servicios realizados por la trama Gürtel para el PP acabaron siendo pagados por la Fundación para el Desarrollo Económico y Social de la Comunidad de Madrid».

Otra de las perlas soltadas esta semana por la presidenta es que los sindicatos están llenos de «gamberros y desvergonzados» y que «caerán como el muro de Berlín». Como respondió Carlos Carnicero, «llamar gamberros a los sindicalistas no puede quedarse sin castigo. ¿Quiere Esperanza Aguirre encabezar una dinámica de falta de respeto a las instituciones? Que la presidenta de la Comunidad de Madrid y líder del PP en la capital de España se permita ese atrevimiento da cuenta de la deriva autoritaria de este Partido Popular».

Y lo están consiguiendo, como ha advertido el historiador Josep Fontana: «acabar con conquistas de siglo y medio de luchas sociales es algo que no había conseguido ni siquiera el fascismo».