El portavoz de UPyD señalaba la «clarísima injerencia del Gobierno en la programación y el devenir de Telemadrid», recordando además el despido del 75% de su plantilla. El de Izquierda Unida calificaba la Asamblea de Madrid de «anomalía democrática». Y el socialista denunciaba la «falta de oxígeno» en la cámara. Son demasiadas sombras y demasiados puntos oscuros en la forma de gastar cientos de millones de euros desde hace años en el Ente Público Radio Televisión Madrid.

Y eso se merece algo más que las parcas y balbucientes explicaciones en la comisión de control del director general, el «compañero» (así definió él mismo su relación con los 861 despedidos) José Antonio Sánchez.

El diputado socialista Miguel Aguado resumía perfectamente este jueves en el Pleno de la Asamblea la situación de Telemadrid: «han echado a los trabajadores para intentar traspasar lo que ellos hacían a servicios y contratas externas algunas cercanas a PP. Telemadrid tiene la mitad de audiencia que las demás cadenas de la FORTA. Y se quedaron los directivos para darnos películas del oeste, madrileños por todas partes, e informativos manipulados».

Eso sí ahorro de dinero público poco o nada (apenas un 1,6% menos de subvención directa de la Comunidad de Madrid este año). Y todo dependiendo de la resolución que dicte el Tribunal Supremo sobre nuestro ERE y que confiamos (y deseamos) haga justicia y anule este colosal disparate social y laboral. ¿Cómo era aquello de que los populares eran buenos gestores?