Otra Telemadrid es Posible (pero el PP nunca ha querido eso)
Un servicio público que nosotros concebimos como una oferta diversa y dirigida a todos los públicos, siempre respetuosa del pluralismo político y social y preocupada por la innovación y creatividad. Formar, informar y entretener, pero con el sello de la excelencia técnica, estética y ética.
Nuestra Telemadrid tiene que cumplir con el derecho constitucional a la información. Una información plural, cercana, democrática e independiente del Gobierno. Con instrumentos de control como los Consejos de Informativos donde estén representados todos aquellos que intervienen en la elaboración de la información y con participación activa en la línea editorial. Una Telemadrid con plena autonomía gerencial y editorial respecto del poder ejecutivo. Con organismos asesores que propicien la coordinación con la Administración pública y la participación de la sociedad civil en las actividades de la difusión pública por radio y televisión. Mecanismos de elección del Director General y el Consejo de Administración que garanticen su profesionalidad y su desgubernamentalización. Y una instancia de control externa e independiente, en forma de Consejo Audiovisual, que asegure el control de las funciones del servicio público.
Nuestra Telemadrid puede ser un gran motor de la industria audiovisual. Nuestra región y su capital tienen condiciones para ser un gran plató. Y en un momento en que la industria turística madrileña se despeña cuesta abajo, sería bueno mirar la influencia que ha tenido la televisión y el cine para ciudades como Baltimore («The wire» ) , Copenhague ( «The killing» ) o Londres («Sherlock») . Los contribuyentes siempre se alegran al conocer que su televisión pública es capaz de vender productos de gran éxito a cadenas internacionales. Pero lo que es realmente estimulante es saber que además esas series aumentan exponencialmente el atractivo de tu ciudad.
Nuestra Telemadrid tiene que ser capaz de aprovechar la enorme importancia y , a pesar de la crisis económica y la brutal subida del IVA, vitalidad de la industria cultural de Madrid. Sólo en la capital cada semana se representaban 75 espectáculos teatrales y se celebraban más de un centenar de actuaciones musicales relevantes. Madrid es la sede del Centro Dramático Nacional, de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, del Teatro de la Zarzuela, del Teatro Real, del Auditorio Nacional de Música, del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, del Círculo de Bellas Artes. De teatros municipales como el Español, el Galileo, Matadero Madrid, el circo Price, el corral de comedias de Alcalá, el teatro del Bosque de Móstoles. De teatros de la Comunidad como los Teatros del Canal . Madrid es sede de CaixaForum, de la Casa Encendida, de las Fundaciones March, Mapfre o Telefónica o del Museo Thyssen, instituciones dispuestas a invertir en cultura. ¿Cuál es su colaboración con nosotros? ¿Cuántos de estos espectáculos vimos o veremos en nuestras televisiones? Ninguno. Pues ahí tiene un papel importante que jugar una Telemadrid pública que grabe, edite, emita –en directo o en diferido- y facilite la comercialización de manifestaciones culturales celebradas dentro de la Comunidad de Madrid.
Y nuestra Telemadrid se debe gestionar con racionalidad . También económica. Con una política de contención y control estricto en los gastos. Con el apoyo y aprovechamiento del talento propio de su plantilla potenciando la creatividad como fuente fundamental de la generación de actividad del medio. La televisión pública precisa de una gestión moderna de recursos humanos, estimulando la formación continuada, con más gente creando, pensando y planificando y menos reaccionando, obedeciendo y ocupándose sólo de lo que es urgente.
La televisión pública precisa de una gestión moderna de recursos humanos, estimulando la formación continuada, con más gente creando, pensando y planificando y menos reaccionando, obedeciendo y ocupándose sólo de lo que es urgente. Sería la nuestra, una Telemadrid con un organigrama directivo reducido y racionalizado, con una lista pública de sueldos, con definición precisa de funciones y responsabilidades, de los criterios profesionales de acceso interno, y de los métodos de evaluación periódica de su gestión, así como exigir una aplicación estricta de las normas y códigos sobre incompatibilidades.
Lamentablemente este modelo de televisión pública que defendemos, nada tiene que ver con el del Partido Popular de Madrid de nuestra admirada «lideresa» Aguirre y su heredero digital Ignacio González. Ellos representan el paradigma del liberalismo cañí madrileño, basado en el uso y abuso de lo público para sus particularísmos intereses políticos y también, y esto no es lo menos importante, generosos en la aportación de dinero público para lubricar la maquinaria de los negocios privados de «emprendedores» amigos, conocidos o cercanos ideológicamente al Gobierno .
En manos de nuestros «liberales» gestores Telemadrid es un kleenex que una vez utilizado hasta la naúsea se tira. Ya no sirve. La ubre se ha secado. Y con la casa limpia ya de polvo y paja desde hace ahora un año (861 despedidos) lo mejor es traspasar el «chiringuito» a alguna productora privada afín o , si los jueces tienen la ocurrencia de hacer justicia y anular el ERE , cerrar Telemadrid para facilitar que el hueco dejado lo llene eso que ellos llaman el «mercado». Eso sí, socorrido y auxiliado con los millones del erario público siempre que le haga falta.
Manifestación #12E
Este domingo día 12 , se cumple un año de la masacre laboral del ERE de Telemadrid con 861 despidos. Ellos, los culpables del hundimiento de Telemadrid, la dan por perdida y por amortizada. Pero nosotros seguimos peleando por lo que firmemente creemos. Por una Telemadrid de servicio público. Una Telemadrid de todos los ciudadanos. Una Telemadrid en que la estrella tiene que ser cada uno de los madrileños tal y como fue durante muchos años. Por eso, este día 12 a las 12, salimos a la calle decididos a recuperar Telemadrid ¿Nos acompañas?