Carta de despedida de un periodista de telemadrid
Debo esperar un burofax que no sé cuando llegará. Tal vez mañana, el lunes o cualquier día cuando se haya disipado la urgencia y el timbre suene sin presagiar una amenaza. Un cartero al que no conozco entregará un papel donde constará un nombre, una fecha y una decisión. Me pregunto como le miraré cuando deba firmar, cómo acertaré a dar las gracias después de devolverle el acuse de recibo, si lo abriré en ese momento o lo dejaré el sobre una mesa hasta que alguien lo haga por mí. No sé. No tengo esas respuestas sencillas. Es curioso que en este momento me asalten esas dudas y no otras, seguramente porque las otras hace tiempo que dejaron de ser dudas y se convirtieron en certezas. Me sigue sorprendiendo que un papel ajeno entregado por un desconocido que firma alguien que casi también lo es, pueda contener en apenas una líneas una sentencia que determina un futuro y borra un pasado con asombrosa facilidad, con incomprensible rapidez. Me pregunto si esa firma será una venganza por las muchas firmas que no publiqué denunciando un abuso. Creo que le preguntaré al cartero si, como en las buenas novelas negras, siempre llama dos veces y si no se ha equivocado de destinatario. Aunque tampoco haya ninguna duda, solo una certeza que necesita mi firma.
Javier Juárez
Periodista de Telemadrid