Archivo mensual: junio 2012

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El coste del TDT Party

Esperanza Aguirre y sus voceros no paran de llenarse la boca con lo que repercute la televisión pública en el bolsillo de los ciudadanos, pero nadie parece preguntarse cuánto le ha costado a los madrileños disfrutar de lo que se conoce como TDT Party, una estructura ideológica creada por el Gobierno regional para copar la oferta de televisión digital en la Comunidad cediendo sus frecuencias a la Iglesia, Jiménez Losantos, Blas Herrero, Antena 3/La Razón, El Mundo, Intereconomía, Enrique Cerezo y José Frade.

Según hemos podido leer en Diagonal (2/4/2012) «conocer a los propietarios de estos medios es necesario para situar los intereses que defienden sus articulistas y tertulianos: Intereconomia, en cuyo consejo de administración (así como en sus tertulias) está el exbanquero convicto Mario Conde, está presidida por Julio Ariza, que llegó a ser diputado del PP en Cataluña antes de hacerse con el grupo. Su vinculación con el Opus Dei y las altas esferas eclesiásticas son imprescindibles para entender el fundamentalismo religioso de la cadena. Pascual Serrano, en su libro Traficantes de la información, apunta que Ariza jugó un papel en el ‘tamayazo’, ya que el guardaespaldas de los dos tránsfugas que permitieron llegar a Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad de Madrid durante esos días fue uno de los habituales de Ariza. Quizá por esto, uno de los extertulianos más ultras de la cadena, Enrique De Diego, afirma en una entrevista que -la que tiene poder y da las órdenes en Intereconomía es Esperanza Aguirre-. Con ese canal, la LidereS.A. disfrutaría así de un altavoz en todo el territorio nacional».

Pero sigamos con las cuentas. Las diversas fases del apagón analógico y la implantación de la televisión digital terrestre han supuesto hasta el momento: 12.000 millones de euros de inversión hasta 2010; otra aportación pública para extender la señal terrestre del 96% al 98,5% de la población, y que alcanzará los 1.000 millones de euros en diez años; una primera fase de migración de frecuencias cuyo coste fue superior a los 60 millones de euros; una segunda en 2011 en la que el Gobierno destinó 800 millones de euros para la reantenización, de forma que los ciudadanos no sufrieran «una paralización de las emisiones de televisión ni sus costes»; y un próximo «dividendo digital» cuyo montante se calcula en 2.000 millones de euros.

Telemadrid: Cuentos y Cuentas

Para la gente de letras las cifras siempre constituyen un reto, un elemento frío. Únicamente contienen la verdad desnuda de un dato. Los números son precisos, exactos y no admiten dobles lecturas. Sin embargo, por muy de letras que seas a veces no es difícil descifrar el enigma que a menudo se oculta tras un número, la realidad que se resume aséptica en un balance. Los números se pueden presentar maquillados pero son tozudos y siempre acaban por delatar a quien los manipula. De eso, de maquillajes contables y de manipulaciones burdas, también hemos aprendido mucho fuera y dentro de esta empresa en los últimos años. Los números, en definitiva, son como el algodón: no engañan.

«La situación es insostenible»: El actual Director General de Telemadrid calificó con ese término la realidad de nuestra empresa la pasada semana en la Asamblea de Madrid. Y tiene razón. Muchos pensamos desde hace tiempo que es insostenible el cúmulo de irregularidades, gestión ineficaz, nepotismo y derroche con que se ha gestionado esta empresa en las dos últimas legislaturas. Pero lo de menos es lo que pensemos nosotros. Lo de más es lo que desvelan los números. Y su mensaje es nítido.

Manuel Soriano Navarro tomó posesión como Director General de Telemadrid el 12 de diciembre de 2003. Dejaba atrás una estela de experiencias fallidas en los medios por los que pasó, casualmente cerrados o quebrados tras su salida de ellos: Ya, Diario 16, El Independiente y La Clave. Su principal aval para dirigir Telemadrid residía en su estrecha relación con Esperanza Aguirre, de la que fue jefe de comunicación tanto en su etapa de ministra de Educación como en la que fue presidenta del Senado.

soriano aguirre

La televisión pública madrileña que se encontró Soriano era aún una empresa competitiva, un medio de prestigio y una referencia informativa para los madrileños. No nos interesa aquí detallar los hitos más controvertidos de su gestión – no fueron pocos- sino evidenciar con cifras el pésimo resultado de su mandato. Tan sólo recordar que fue acusado de un delito de acoso sexual por una secretaria, siendo archivado el caso tres años después por la juez María Tardón (exconcejal del PP y excolaboradora de Telemadrid). La audiencia media que Soriano se encontró cuando llegó fue del 17’1 por ciento. Cuando cedió la dirección a Isabel Linares en 2007, la audiencia media apenas superaba el 10 por ciento.

AUDIENCIA TELEMADRID

Pero hay otras cifras más reveladoras. Al comienzo de su gestión la deuda acumulada no llegaba a los ochenta millones de euros. El año que dejó su puesto, la deuda global superó los 170 millones de euros.

DEUDA ACUMULADA

Fueron cuatro años plagados de polémicas y de empeños personales que situaron a Telemadrid en el epicentro de un debate permanente sobre su objetividad, el deterioro de la calidad de sus informativos y el servilismo con que desde entonces se condujo la empresa respecto de Esperanza Aguirre. Aún se mantienen en los pasillos de esta sede algunos de los lemas que, paradójicamente, mejor definen su gestión: «Telemadrid, verás la diferencia» y «Telemadrid, espe-jo de lo que somos».

Su balance, medido exclusivamente según las cifras, se resume en pocas palabras