, elaborado por la multinacional Accenture, el cual pone de manifiesto que sus prestaciones obedecen a servicio público y, atendiendo a los datos de 2010, su coste es de 30,6 euros por habitante y año, lo que supone un 30 por ciento menos de lo que desembolsan los europeos por televisiones de características similares. Asimismo, indica que el coste por habitante de las televisiones autonómicas españolas se ha reducido «significativamente» en los dos últimos años a consecuencia de la disminución de las aportaciones que reciben de las administraciones autonómicas. En cuanto a las fuentes de financiación, el coordinador de este estudio, Iván de Cristóbal, ha defendido la importancia de que sigan recibiendo publicidad, ya que ello permite reducir la aportación pública a la vez que proporciona «el mejor canal efectivo de promoción para muchas pymes». Según ha expuesto, de la información recogida en el estudio se deduce que las televisiones públicas cumplen su cometido de servicio público. Los datos ponen de relieve que, por término medio, el 44 por ciento de la programación de estos canales «fomenta la cohesión social y la pertenencia territorial», el 19 por ciento está dedicado a contenidos culturales de la comunidad y a eventos sociales significativos, y el once por ciento promociona la industria del territorio