Porque no somos nosotros los portadores de tan oscuros augurios: son esas las intenciones confesas de aquellos que nos gobiernan. Y ninguna noticia es buena: que si se pueden externalizar departamentos; que si vamos a trabajar media hora más; que si peligran las pagas extras; que si va a haber reducción de asuntos propios; que si desaparecen los puentes; que si van a quitarnos un 40% del salario cuando estemos de baja.

Y suma y sigue, y encima dándonos con un canto en los dientes porque los hay que dicen que todo esto sería ¡en el mejor de los casos! Como diría José María Izquierdo, mientras no nos azoten… demos gracias a Dios por tener trabajo.

Por eso, nosotros no estamos para fiestas: venimos a trabajar todos los días indignados, sobre todo al ver en qué han logrado convertir nuestra empresa sus actuales gestores. Venimos tristes, al comprobar cómo trabajadores y espectadores hemos sido arrollados por la escandalosa maquinaria de manipulación y descrédito que ha construido el Partido Popular en nuestra televisión y nuestra radio. Y desgraciadamente, sí que vamos sabiendo qué planes tienen para nuestro futuro. Por eso, no vamos a regalarle nuestra ilusión a quién la desprecia: al contrario, desde aquí les seguiremos plantando cara y defenderemos los puestos de trabajo que nos hemos ganado con el sudor de nuestra frente. Hasta el final