En sólo dos meses María Dolores de Cospedal ha conseguido que la Televisión de Castilla La Mancha pierda casi cuatro puntos de audiencia. La estrategia ha sido la misma que la aplicada por Esperanza Aguirre en Telemadrid.

Un todopoderoso Director de Informativos procedente de la caverna mediática (Nacho Villa), la contratación de decenas de «periodistas» procedentes de medios afines con los que han montado (como aquí con El lado oscuro) una redacción paralela  y la contratación de nuevos programas de «debate» con tertulianos del pensamiento único. La consecuencia, como en Telemadrid, ha sido una huida masiva de espectadores.

Es la prueba del algodón de que el hundimiento de la audiencia de Telemadrid (que está poniendo en peligro la supervivencia de nuestros puestos de trabajo) no es ni por la fragmentación del mercado debida a la proliferación de canales de TDT, ni por la crisis económica, si no por la brutal manipulación informativa y el desprecio al derecho constitucional de los ciudadanos a recibir información plural y veraz.

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