Telemadrid no se «politizó» sola

Fue Esperanza Aguirre la que en 2004 ocultó en el cajón una auditoria en la que ya se le advertía del descontrol en la gestión del dinero público que hacían sus directivos en el Ente Público Radio Televisión Madrid. Fue Esperanza Aguirre la que nombró director general a su jefe de prensa, Manuel Soriano, y la que puso al ex subdirector de La Razón, Agustín de Grado, al frente de los informativos de Telemadrid. Ellos fueron los culpables de arrojar por el sumidero la credibilidad y prestigio de nuestra cadena. Los que la convirtieron en un altavoz propagandístico al servicio del PP madrileño con la ayuda inestimable de la «redacción paralela» que fueron introduciendo digitalmente aquí y de la troupe de tertulianos del TDTParty que monopolizaron la parrilla de Telemadrid.

Fueron ellos, con la colaboración también inestimable de Ángel Martín Vizcaíno (hoy director general, hombre de confianza de Ignacio González y durante muchos años subdirector del Ente Público), los que dilapidaron cientos de millones de euros en ruinosos contratos de derechos del fútbol con el Atlético de Madrid del «amigo» Enrique Cerezo o en carísimos productos sin audiencia de sus también amigos Buruaga, Sánchez Dragó y José Luis Garci. Sin olvidarnos claro de otros protagonistas de esta «politización» de Telemadrid.

Hablamos de la mano derecha de Ignacio González en el Gobierno regional, Salvador Victoria (hoy imputado en el caso «Púnica») y José Antonio Sánchez que como director general ejecutó un brutal ERE sentenciado como NO AJUSTADO A DERECHO en el Tribunal Supremo y que después sustituyó a los 861 despedidos por las subcontratas de Telefónica, la empresa en la que él es directivo en excedencia. Hoy está querellado por eso. Como también recibieron querellas de los trabajadores por su «gestión» los otros directores generales de este tiempo: Manuel Soriano, Isabel Linares y Martín Vizcaíno.

Nosotros, la representación legal de los trabajadores, también queremos (como dicen ahora el PP de Cristina Cifuentes y los Ciudadanos de Ignacio Aguado) hacer de Telemadrid una televisión plural, democrática, con gestión transparente e independiente. Y así lo recogimos en el Pacto por una Nueva Telemadrid que ratificaron en la Asociación de la Prensa una treintena de asociaciones y entidades sociales y ciudadanas además de los sindicatos, PSOE, Podemos e IU.

Hablen. Dialoguen y consensuen todos los partidos. Cuenten también con el Comité de Empresa para buscar una salida viable y de futuro a Radio Televisión Madrid. Y no se olviden de los despedidos del ERE que lo dieron todo por defender eso que ahora con tanto fervor proclaman unos y otros. Merecen una solución justa después de dejarse la piel (y sus empleos) por hacer de ésta una radio televisión pública de todos y para todos los madrileños.