Un ERE «injustificado» que no pagará González sino los madrileños

Porque la sentencia del Tribunal Supremo da al EPRTVM la opción de readmitir a los trabajadores despedidos. Pero en la Puerta del Sol ya se han adelantado a decir que verdes las han segado. Que aquí no vuelve nadie y que mejor pagamos a los trabajadores la indemnización de 45 días por año trabajado con un tope de 42 mensualidades hasta febrero de 2012, y 33 días y 24 mensualidades partir de esa fecha.

Esto supone muchas decenas de millones de euros más, que se sumarán a los ya pagados por la indemnización inicial de 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades, con las que despidieron a los trabajadores de Telemadrid gracias a la reforma laboral del PP.

Pero si se piensa el señor González que pagando más dinero a los despedidos nos va a callar está muy equivocado. Llevamos diez años luchando contra la manipulación y el despilfarro económico en Telemadrid. Y eso es mucho esfuerzo para que ahora quieran comprarnos con un dinero que no es suyo.

Queremos recuperar nuestros puestos de trabajo arrebatados irregularmente. Y queremos recuperar esta radio televisión pública para todos los ciudadanos de Madrid. La obligación de un Gobierno responsable y democrático es gestionar lo público en beneficio del bien común.

Por eso desde los sindicatos del EPRTVM empezando por esta sección sindical de UGT, tenemos la mano tendida al señor González para sentarnos a negociar la readmisión de los despedidos y buscar entre todos la viabilidad de Telemadrid como servicio público, sobre la base de la racionalidad en la gestión y la rentabilidad social.

En cualquier caso, y en nuestra opinión, es una lástima que el Tribunal Supremo haya sentido el vértigo de las consecuencias políticas que habría tenido una sentencia de nulidad de nuestro ERE, y nos lleva a pensar que quizás han hecho mella las presiones de Ignacio González y su prensa afín responsabilizando a los jueces de un futuro cierre de Telemadrid.

Como dicen nuestros políticos, nosotros acatamos la sentencia, pero permítanos opinar que esto ha sido solo justicia con minúsculas y no esa Justicia con mayúsculas que habría permitido reparar todo el daño causado por la brutalidad de este ERE.