¿Propaganda o información? Hace tiempo que Telemadrid eligió lo primero

«Recuperaremos la credibilidad perdida haciendo periodismo, no hay otra solución. Pero periodismo, no propaganda. Periodismo pensando en los ciudadanos y no en las fuentes. Un periodismo que cuente lo que les interesa a los ciudadanos, no a los políticos o a los banqueros.» La cita es de la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, Carmen del Riego, y corresponde a una entrevista que concedió esta semana a la Agencia EFE.

Y no podemos estar más de acuerdo con ella. Esa y no otra ha sido la lucha que iniciamos ya hace una década cuando Esperanza Aguirre decidió convertir Telemadrid en un aparato de propaganda a su exclusivo servicio.

Por eso creamos la Plataforma SalvemosTelemadrid. Por eso fuimos hasta el Parlamento Europeo para denunciar la manipulación informativa. Por eso intentamos negociar un Consejo de Informativos al que siempre se negó la dirección de Telemadrid incumpliendo incluso sentencias judiciales.

Y por eso, entre otras cosas, se purgó a fondo la redacción de informativos al amparo de un ERE del que se salvaron (salvo honrosísimas excepciones) sólo los «periodistas» más dóciles y adictos integrados en la «redacción paralela» del director de informativos Agustín de Grado.

Telemadrid se convirtió en un NO-DO tan burdo que la credibilidad ganada poco a poco desde su creación en 1989 gracias al esfuerzo y el talento de sus trabajadores, se despeñó por el abismo en muy poco tiempo. Casi 12 puntos menos de audiencia entre la llegada al gobierno de Esperanza Aguirre y la brutalidad del ERE.

Propaganda y manipulación que se han intensificado en la «nueva» mini Telemadrid actual, liberados por el ERE de la «carga» de una plantilla combativa y comprometida, despedida injustamente. Pero sus teledirigidos mensajes no llegan ya a casi nadie. Poco más de 30.000 espectadores diarios y una audiencia media que en este mes de septiembre, apenas es del 3,5%.

Nos volvemos a quedar con las palabras de Carmen del Riego: «Se ha demostrado que es posible la calidad en la televisión pública. Debemos preguntarnos si estamos dispuestos a pagar una televisión pública de

calidad que cuesta dinero. Y sí la queremos. Debemos quererla porque la sociedad la necesita». Pero una televisión pública que informe con independencia y que esté al servicio exclusivo de los ciudadanos. En eso estamos y por eso seguimos en la lucha.

La Parabólica nº 257

‘Recuperaremos la credibilidad haciendo periodismo, no propaganda’