Cuatro fechas, dos décadas ( en la trayectoria profesional de un periodista de Telemadrid )

Recuerdo otro día. No lo ubico en el calendario pero fue a mediados de 2004. La tensión con la dirección de informativos ya era evidente. Agustín de Grado había comenzado a hilar esa red de oscuros intereses que nos alejaba del periodismo y nos acercaba paso a paso, en una progresión de tergiversaciones, hacia ese sesgo único que ha acabado impregnando los informativos y toda la línea editorial de la cadena. Le presenté una lista firmada por más de sesenta redactores solicitando simplemente una reunión con el recién constituido Consejo de Redacción para debatir los problemas que ya habían surgido. Me recibió en su despacho jactándose de mantener siempre la puerta abierta. Conversamos unos minutos. Despachó el asunto con la soberbia de no reconocer en la redacción más autoridad profesional ni jerárquica que él mismo. Cuando le comenté que en Telemadrid nunca había existido un problema político ni ideológico alegué como ejemplo los años en que Alberto Ruiz Gallardón había sido presidente de la Comunidad de Madrid. Agustín de Grado mantuvo el silencio unos segundos, me miró y sin abandonar esa sonrisa engañosa que disfraza un pensamiento iluminado por una única verdad, respondió: «Gallardón es del Partido Popular por ahora». Fin de las casualidades, fin de la conversación, fin de la reunión y fin de cualquier intento razonable de imponer una convivencia profesional entre una dirección de informativos definitivamente volcada en la propaganda y la mayor parte de unos periodistas empeñados en desafiar el rumbo suicida e irresponsable al que se conducía a Telemadrid. Quizá cometimos entonces el error de infravalorar la magnitud del naufragio.

Mi último recuerdo es el de un vigilante de seguridad abochornado y cabizbajo portando una lista y confirmando a los compañeros que acudían a su puesto de trabajo quién estaba despedido y quién no. A través de una valla cerrada su voz tibia ejercía de portavoz de una cobardía colectiva. Imposible olvidar la fecha: 12 de enero de 2013.

Son solo fechas marcadas en mi recuerdo personal. Han sido más de veinte años en Telemadrid. Podría escribir la pequeña historia de muchos otros días con recuerdos infinitamente más gratos, felices para la mayoría y creo, honestamente, más dignos. Con ellos me quedo. Viven asociados a una etapa hermosa de juventud, ilusión, compañerismo y entrega. La mezquindad y la vileza, personal y profesional, descansa en muchos de los despachos que hoy siguen ocupados por las mismas personas que nos condujeron intencionadamente a la catástrofe. Es su legado, su herencia y, si mantienen una mínima conciencia, el eco de sus actos.

Javier Juárez ( periodista de Telemadrid , despedido )

La Parabólica nº 231